domingo, 11 de diciembre de 2016

DIA 09 - LA CEBRA Y LA ROCA



DIA 09 (11 Dic):   (Opuwo - Spitzcoppe (Namibia)):   820 kms.


Amanezco en el suelo de la choza del poblado himba.

Durante la tarde de ayer pregunté donde estaban los hombres de la tribu y me dijeron que con el ganado, yo supuse que al caer la noche aparecerían y procuré (con poco éxito) no acercarme demasiado a sus mujeres en aquella choza abarrotada, no fuera el caso que se enfadaran y me pusieran el culo como la bandera del Japón... hahaha. Pues bueno, al final resulta que estuve en la tribu desde las 17h de ayer hasta las 8h de hoy y allí el único varón de más de 13 años he sido yo...





El sol llega al poblado y con él el calor.


El ganado es lo primero.


Y hacer ocre para acicalarse todas , eso también... hahaha (son bastante presumidas).


Al final me marcho de la tribu Himba despidiéndome de mis anfitrionas tras pasar una noche inolvidable de por vida, eso seguro.


Sonrisas y Lágrimas, Cap 3: La Cebra

(Atención, entrada rollo, sin fotos!)

Como puedes imaginar a pesar de dolerme todo el cuerpo andaba yo por la mañana con una sonrisa en la cara tras la "experiencia Himba".

Los kilómetros iban cayendo dirección sur cuando de repente al lado de la carretera veo un grupo de unas 5 cebras que me sorprende (eran las primeras fuera de un parque, más tarde serían decenas más...). No sé por que motivo los animales con los coches no reaccionan, pero con la moto se espantan (creerán que es un rinoceronte o yo que sé...).

Lo que sucedió es que las 5 cebras al verme se ponen a correr y era precioso verlas galopar a las 5 juntas. En vez de pasar de largo, yo aminoré la marcha para verlas mejor. De repente, una de las cebras da una voltereta terrible ya que al parecer no ha visto la valla del parque y se ha metido de bruces. Cuando retrocedo y la miro la pobre está atrapada con los alambres de la valla y a pesar de que da tirones para arrancar los postes o el alambre, no puede. Además se le aprecia una herida en la barriga. Está nerviosa y al verme allí parado a pocos metros todavía empeora. Yo me siento culpable, ya que tal vez si no hubiera aminorado la marcha para verlas mejor ella no estaría ahora así.

(Ahora a posteriori veo que tengo un video del momento, o sea que allá va:


Total que intento parar a varios coches que pasan de largo. Al final para uno y le digo que llame a la policía o a quien sea que el animal necesita ayuda. Me dicen que más adelante está la puerta del parque y hay un control donde van a avisar. Me quedo esperando... Pasa media hora y allí no aparece nadie. 

Yo me he acercado a la valla unos metros más abajo y compruebo que hay alambres normales y alambre de espino, que seguro está lastimando a la Cebra a cada tirón que da y que le ha rajado la barriga con la voltereta... De todas maneras compruebo que la valla está bien hecha, con postes recios y con los alambres bien tensados y de mucho grosor, y que ni siquiera teniendo unos alicates que no tengo podría cortarlos. Encima tampoco tengo claro qué podría pasar si la poli me engancha cortando la valla del parque lleno de animales, algunos peligrosos, que podrían escapar acto seguido...

Además muy acertadamente el tío que ha parado me ha dicho que ni me acerque, que la Cebra es peligrosa ya de por sí, pues más ahora. Tiene razón, es un animal salvaje...

Al rato paro a otro coche con una familia que parece interesarse, pero enseguida llega por casualidad la poli y ya se van. Lo jodido es que la poli también se va... diciendo de nuevo que avisarán a los del parque. 

Total que allí vuelvo a quedar yo sólo con la Cebra, que la verdad es que ahora cuando me mira parece que se da cuenta de que intento ayudarla y de que parezco ser el único del país al que le importa algo su vida.

Pero aún así, al cabo de una hora, y a pesar de sentirme culpable, yo también la abandono... El plan era acercarme yo a la presunta puerta esa donde está el control y asegurarme que ya está alguien en marcha para ayudarla... Pero no puedo evitar sentir que la dejo a su suerte. Antes de marchar nos miramos ambos fijamente y quiero creer que me ha entendido, que no ha llegado a pensar que su vida ya no le importaba una mierda a nadie y que no le quedaba otra que morir allí de hambre, sed, o a merced de los depredadores. 

Me he marchado con el corazón en un puño esperando encontrar esa puerta... pero han pasado 26,3 kilómetros antes de encontrar el control policial... He parado y lo he explicado todo (al parecer sí que ya estaban al corriente) y me han dicho sin dudas que avisaban al parque nacional. 

Yo por mi parte les he apuntado la distancia exacta en kilómetros del sitio, y no he podido hacer ya más. No obstante me es imposible no tener remordimientos cuando recuerdo esa mirada de impotencia de la Cebra, que seguro no entiende el porque los hombres construyen alambres de espino y no les dejan ser libres. Yo espero que realmente los del parque, la policía o quien fuera se acabase molestando en salvar la vida de esa Cebra, una vida a la que yo he contribuido en parte en poner en peligro. Y es que es bonito ver animales, pero las cosas siempre tienen un precio. Os podría poner un par de fotos que le he sacado cuando la tenía ahí quieta pero por la noche las he borrado porque se las tiré cuando estaba cautiva, sin poder escapar, y también porque quería olvidarla, porque no podía acallar mi remordimiento. Sin embargo, ahora he preferido recordarlo y contároslo porque en un viaje, como en la vida, no todo son fotos bonitas...

Sigo dirección sur.


En Omaruru, un restaurante rinde homenaje a los simpáticos suricatas.




También hay una torre de defensa.


Sonrisas y Lágrimas, Cap 4: El Hotel de 1000 estrellas.

Por la tarde la ruta sigue por la llamada Transkalahari Highway y me lleva hasta Spitzkoppe, una formación rocosa sagrada para los Bosquimanos aborígenes (Bushmen). 


Ojo cuidado que para llegar son más de 30 km de pista con grava y arena a veces acumulada, y que todas las pistas del parque son con arena muy abundante.



En definitiva que llego a tiempo de explorar las rocas. 
















¿A que está chulo?


Es hora de montar la tienda (más o menos donde se quiera) justo para ver el espectáculo de la puesta de sol por un lado y de la salida de la luna que ha parecido asomarse a saludar para que justo la pudiera ver desde la tienda. ¿Quien quiere un hotel de 5 estrellas si lo puedes tener de 1000?

Planto la tienda a pie de roca.


La luna sale a saludar a la hora de la cena.


Y al mismo tiempo el sol se va despidiendo.


Una puesta de sol en Spitzcoppe sólo para mi... 


Momentos que valen un viaje... viajes que valen una vida...



Me tumbo en la tienda y me dispongo a dormir a los pies de Spitzcoppe a la luz de la luna, lo que vendría siendo una noche casi perfecta...



Acumulados en 9 días: 5.115 kms.
Hemos estado en 5 países.

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